Cuando Kristina concluyó sus estudios decidió viajar tres meses antes de pensar en su futuro, y como un año antes había venido a México y ya lo conocía lo eligió como su primer destino.
Camino a México
De modo que llegó, y le agradó tanto la ciudad de México que no sentía que el tiempo se agotaba y que pronto tendría que regresar sin conocer otro lugar, por lo que se fue a Bolivia sin pensarlo mucho.
El resultado fue que Bolivia no le gustó, se enfermó y además extrañaba a México, así que tomó un avión rumbo a Perú, no tan lejos, pero tampoco le gustó y seguía extrañando a México, y de esa manera un poco episódica regresó todavía no muy segura de lo que pensaba hacer ya estando aquí.
De nuevo en tierra mexicana empezaron a correr los días y las semanas y no se decidía a regresar a su país, porque según sus propias palabras México la había atrapado. Esa es la breve historia, y por el momento ya lleva dos años aquí.
Kristina es de Lituania y tiene 25 años. Abandonó su país muy joven para estudiar en Inglaterra la carrera de Geografía Física, de modo que en el Reino Unido residió cuatro años que aprovechó tanto en su preparación académica como para aprender el idioma perfectamente bien.
Como logró adaptarse a la vida de Inglaterra su proyecto original de viajar tres meses contemplaba como fin el regreso a ese país, pero como ya se ve el plan no se concretó y su final fue diferente.
Lituania
Un poco divertida habla de lo mundialmente desconocida que es Lituania para la mayoría de las personas. En realidad Lituania es un país pequeño del norte de Europa.
Se ubica en la zona de Mar Báltico muy cerca de Estonia, Letonia, Polonia, Finlandia, Rusia y Bielorrusia. De hecho en su frontera norte está Letonia, al sureste Bielorrusia y al sur Polonia. Su población total es de alrededor de tres millones habitantes.
Al llegar Kristina no hablaba absolutamente nada de español y ese detalle la cohibía, pero la gente fue tan amable que le ayudaron a comunicarse y poco después empezó a aprender hasta que dominó aceptablemente el idioma, al menos para entender y hacerse entender. Piensa que el mexicano recibe muy bien al extranjero y le hacen placentera su estancia.
De Lituania extraña por supuesto a su familia, la comida y a su gata Teodora. Se refiere a la comida lituana como la mejor del mundo, parte en broma y parte en serio.
Comida lituana
Dice que consumen muchas papas y mucho betabel. También le gusta la comida mexicana, y la inglesa, a la que ya se había adaptado, pero sin duda su favorita es la lituana.
Vida profesional
Actualmente trabaja para una revista de negocios dirigida al mercado norteamericano y en el aspecto laboral se siente satisfecha. La verdad es que su vida en México ha sido agradable y productiva y desde que llegó ha aprendido mucho.
Respecto a su futuro aún no está segura entre sus cuatro opciones: permanecer en México, regresar a Lituania, regresar a Inglaterra o viajar a otro lugar.
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