¿Qué la trajo a México?
Lo que motivó la llegada de Tatiana a México fue una de las muchas razones que pueden propiciar la emigración y que para algunos puede parecer irrelevante, para otros anecdótica y romántica para los de espíritu sensible: vino por amor.
Han transcurrido seis años desde su llegada, y hasta ahora ha sido muy feliz. Se ha casado, y es orgullosamente madre de una niña que cumplió los cuatro años de edad: una niña mexicana.
A su esposo –el directamente responsable de su arribo- lo conoció en Bogotá durante una exhibición de clavados, ya que él es clavadista en la especialidad de saltos de 20 y hasta 27m. de altura.
Es seleccionado nacional en la especialidad, y participa en torneos y eventos internacionales como parte del equipo representativo del país.
Vida en Bogotá
Tatiana nació en Colombia, en la capital Bogotá, metrópoli que supera los siete millones de habitantes y que comparte con la ciudad de México las peculiaridades de las grandes capitales de la actualidad de todo el mundo: el ritmo acelerado de la vida, el tráfico vehicular, el ruido, las multitudes y la contaminación.
Sorprende un poco que el clima promedio de Bogotá es ligeramente más frío que el de México: el clima promedio de la ciudad de México es de 15.9 °C, mientras que el de Bogotá es de 13.5 °C.
Educación y actividades
Estudió la carrera de Educación Física y ya cuenta con la licenciatura. En la actualidad combina sus actividades, las clases de entrenamiento funcional en grupo y la atención personalizada incluso a domicilio para quienes requieran de un tratamiento individual.
Choques culturales
Se ha adaptado al ambiente mexicano en general, ya que México y Colombia comparten muchos rasgos culturales como la calidez, el carácter, la sensibilidad y en primer lugar la lengua, aunque al principio enfrentó dificultades con los términos que tienen significados diferentes sobre todo en el lenguaje coloquial.
Fue necesario modificar su vocabulario, tanto para hacerse entender como para no “pasar vergüenzas”. Ahora ha perdido un poco el acento colombiano y ya hasta aprendió el “arte” del albur.
Ya le tocó vivir la experiencia de los grandes terremotos, el de 2017 por ejemplo, porque en Colombia tiembla con frecuencia pero no con la misma intensidad.
Gastronomía
Respecto a la gastronomía le cuesta trabajo destacar a una sobre otra. Desde su apreciación las dos son ricas y variadas, con sus propios sabores y sazón pero igualmente apetitosas.
De Colombia menciona como su platillo preferido la “bandeja paisa”, consistente en arroz, frijoles, huevo frito, carne molida, aguacate y plátano maduro, por supuesto acompañado por un buen jugo de lulo, muy tradicional en la mesa colombiana.
El lulo es una pequeña fruta muy ácida que normalmente se aprovecha para la preparación de jugo o agua. En Colombia se come mucho arroz, y es fundamental en muchos de sus platillos.
También menciona la llamada “papa criolla”, papa más chica que la mexicana con un sabor intenso y ligeramente diferente.
Hace especial mención del café colombiano, afamado en todo el mundo. Es dulce, muy aromático y con un sabor inigualable.
Comida mexicana
De la comida mexicana le gustan las “garnachas”, los tacos, las gorditas y las quesadillas.
Su sitio preferido es Teotihuacán, donde al pie de las pirámides dice apreciar la profundidad de las raíces y la cultura mexicanas en todo su esplendor.
De Colombia destaca el Parque Nacional Tayrona, situado al norte del país en la costa del Caribe. Es una playa tranquila, rodeada de frondosos bosques con una abundante biodiversidad.
Sus proyectos a futuro tienen como fondo el territorio mexicano; entre sus planes no considera la posibilidad de regresar a Colombia por ahora, menos hoy que es madre de una niña mexicana. Desde luego se le desea éxito y felicidad.