Kamal Sacour es un joven marroquí que vino a México por una temporada estimulado por motivos altruistas; sin embargo, tanto le gustó el país que prolongó su estancia con la idea de conocer un poco más aprovechando la oportunidad.
Han transcurrido ya tres años desde entonces, y su intención es permanecer en nuestro territorio de manera indefinida estableciendo su lugar de residencia.
Vida en Marruecos
Nació hace 27 años en Marruecos, en la ciudad de Salé al noroeste del país sobre la costa atlántica en la desembocadura del río Bu Regreg, vía fluvial que la separa de Rabat, con la que forma la prefectura de Salé. Su población es de aproximadamente 850,000 habitantes, y es una zona muy visitada por turistas europeos.
Vida en México
Llegó a México a través de una organización internacional con la idea de ayudar a los niños de la calle de la ciudad de México, específicamente con la Fundación Pro Niños de la Calle, I. A. P. y se quedó cuatro meses viviendo en Tacubaya con un grupo de Alemania que arribó con las mismas intenciones.
Después de un tiempo buscó colocación por la necesidad de solventar sus gastos y se trasladó a San Miguel de Allende, Guanajuato, donde trabaja como cocinero además de impartir clases particulares de la lengua árabe que probablemente se aprecia como curiosidad.
Idiomas
Kamal domina cuatro idiomas: por supuesto el árabe, el español, el portugués y el francés. En la escuela estudió Literatura portuguesa; el francés y el español los aprendió “en la calle”, ya que en su región se hablan mucho ambos idiomas.
De hecho, en todo el norte de Marruecos se habla mucho el español porque durante una larga temporada España estableció comunidades como resultado de ocupaciones y conflictos que no tiene sentido recordar.
Idiomas en Marruecos
Por otro lado, en Marruecos existen dos idiomas oficiales, el árabe y el bereber o amazigh, y en cuanto a lo administrativo tiene designados el árabe clásico junto con el francés.
Tiene dos años viviendo con su pareja -por cierto mexicana y tapatía- en San Miguel de Allende, y se ha sentido bien.
Kamal no bebe alcohol, lo que es común en las culturas árabes ya sea por mandato religioso o por propia decisión. En cambio es muy aficionado a la comida, y siendo cocinero lo raro sería que no lo fuera.
Cocina Marroquí
La cocina marroquí tiene platillos deliciosos, entre los que se pueden destacar el “cuscús”, pequeñas bolas de sémola de trigo cocinadas al vapor en recipientes especiales; el “tajine”, que debe su nombre a la cazuela de barro con tapadera cónica en la que se prepara, ya sea de res, de pollo o de cordero con diferentes condimentos e ingredientes; la “bissara”, un puré de papas con aceite de oliva; la “harira”, sopa de carne de ternera o cordero con legumbres, tomate, pimienta negra, jengibre y cilantro, y muchos platos más.
Además de San Miguel de Allende le gusta la ciudad de México y Hierve el Agua, Oaxaca, y está ansioso de conocer otras localidades del territorio nacional.
Chefchaouen
De Marruecos le gusta la ciudad de Chefchaouen, aquella que parece azul porque todas las casas son azules y parecen salidas de un sueño o una fantasía.
En esta ciudad también se habla mucho el español como en todo el noroeste, y también es muy visitada por el turismo gracias a sus atractivos.
Al venir de una cultura tan distinta ha encontrado costumbres diferentes, aunque se ha adaptado razonablemente bien en poco tiempo. Destaca lo relativo a los noviazgos, ya que allá las dinámicas son extremadamente diferentes y no se goza de tantas libertades.
Costumbres
Respecto a los modales no se utilizan ni el “por favor” para pedir ni el “gracias” para agradecer, lo que en México pasaría por grosería.
En Marruecos la ley establece que cada hombre tiene derecho a poseer hasta cuatro esposas; eso sí, con la condición de que la nueva sea aprobada por las anteriores, lo que me parece muy considerado.
Desde luego eso es letra muerta, porque en la actualidad, realmente nadie tiene cuatro esposas.
Los planes a futuro de Kamal tienen como base seguir viviendo en México, visitar a su familia (que extraña como a sus queridos amigos del barrio de Rostal) cuando sea posible y tratar de ser feliz. ¡Suerte!