Matías Ferreira tiene 27 años, nació en Uruguay en la ciudad de Las Piedras perteneciente al Departamento de Canelones, que cuenta con una población de poco más de 71,000 habitantes y que forma parte del área metropolitana de Montevideo.
Uruguay
Uruguay es un país pequeño con apenas tres millones y medio de habitantes, y para poner el número en contexto basta recordar que sólo la ciudad de México y su área Metropolitana tiene más de veinte, lo que quiere decir que la ciudad de México tiene cinco veces la cantidad de habitantes de todo el Uruguay.
Por otro lado, se dice que Uruguay es el país sin población indígena, ya que de las etnias originarias constituidas por charrúas, guenoas, minuanes, yanes, bohanes y arachanes lo que queda es el recuerdo. El 90% de su población es de ascendencia europea, principalmente italiana y española.
Vida en México
Matías vino a México hace cuatro años para dar continuidad a su carrera profesional y terminar de realizar sus sueños. Se desempeña como actor, cantante y modelo, y su trayectoria acumula ya algunas experiencias dignas de tomar en cuenta por su juventud.
Como actor ha trabajado para la televisión en México, Argentina, Italia, Francia e Inglaterra, y en teatro preferentemente en musicales y comedias. En México ha participado como actor protagónico en la serie «La rosa de Guadalupe«.
Como cantante adoptó el género de reggaetón romántico o urbano, y hasta la fecha ha grabado dos sencillos.
Vida artística
Desde muy temprana edad sintió una marcada inclinación por la actividad artística, proyecto que no coincidía con lo que su familia tenía pensado para él; sin embargo, a los 18 años de edad se fue a vivir a Buenos Aires, lo que señaló su independencia y su firme determinación.
Vida en Argentina
En el medio de Argentina se hablaba mucho de México y sus oportunidades, lo que motivó su aspiración por conocer, y a partir de ahí inició gestiones buscando una oportunidad para integrarse al ambiente nacional, la que debido a su constancia al fin se presentó.
Al llegar a México tenía ideas muy distintas a la realidad por las noticias que circulan, sobre todo respecto a la inseguridad, y confiesa que le daba miedo y se sentía muy presionado, hasta que poco a poco fue conociendo la verdad logrando relajarse y empezar con su total adaptación.
Le sorprendió la calidad humana de la gente, la amabilidad, las sonrisas que se ven en todos lados, aspectos que le ayudaron a integrarse al ambiente y disfrutar los beneficios y también los inconvenientes por igual.
Gastronomía mexicana
Le gusta la comida mexicana, la variedad de fruta junto con su calidad, las tortillas de maíz, el guacamole, los sopes, las quesadillas y el pozole, aunque aún no come platillos muy picantes ni le ha encontrado el gusto al chile.
Acentos
Respecto al diferente acento, el ritmo y la cadencia del hablar entre los dos países no le costó mucho trabajo acostumbrarse, aunque el conocimiento del lenguaje usual sí le provocó alguna confusión por el significado totalmente distinto que se le da a la misma palabra.
También hace mención del “ta” que se usa en Uruguay, vocablo que es una deformación del “está” y que se suele usar para terminar las frases.
Le agrada que en México se suaviza el diálogo y no se es tan directo en ocasiones, como buscando no ofender o herir, lo que en otros lugares no sucede.
Los planes a futuro de Matías se basan en desarrollarse como artista, en aprender cada día más y más, y por el momento piensa prolongar su permanencia en México porque considera que le debe mucho.