Amandine es una joven decidida y talentosa que reparte su decisión y su talento en actividades conectadas entre sí de una manera levemente subjetiva, pero que con un poco de imaginación puede percibirse la indudable relación.
Vida Profesional
Es pintora, modelo y escultora: pinta cuadros, decora con ingenio calaveras y cabezas de animales, preferentemente muertos, ya que con los vivos la tarea puede ser bastante ardua y hasta cierto punto aventurada si el prospecto a decorar manifiesta prejuicios o franca oposición a que le pinten de colores la cabeza.
Además, con el fin de mantenerse en buena forma suele practicar el box, como aficionada por supuesto, perspectiva que tiene sus ventajas físicas y emocionales.
Burdeos, Francia
Amandine nació en Burdeos (Bordeaux), Francia, región vinícola por excelencia situada al suroeste del país, no muy lejos de la frontera con España.
México
Llegó a México sumamente joven, a los 22 años de edad por medio del intercambio de su universidad con el Tecnológico de Monterrey, en el que le correspondió el plantel de la ciudad de Guadalajara.
Guadalajara
Vivió seis meses en Guadalajara completando el curso; después se trasladó a otros países por requerimiento de su licenciatura de “Negocios Internacionales”, y al término de la maestría, que estudió en Sudáfrica, optó por regresar a México ya con la intención de establecerse.
Le gustó México, la dinámica social, el trato de la gente y la cultura, y desde su segundo arribo ya han transcurrido cinco años.
Acento Francés
En el presente puede decirse que está totalmente adaptada al ambiente mexicano; habla como mexicana, sin acento, y ya domina el vocabulario formal al igual que el coloquial.
En la escuela había estudiado el español, aunque la verdad no lo aprendió muy bien. Para aprenderlo un poco más viajó por dos meses a España, pero en realidad aprendió más con sus amigos, sobre todo con los mexicanos.
Cuando vino por primera vez ya hablaba inglés, indicativo de que el tema de aprender idiomas “se le da”.
Choques Culturales
No recuerda haber afrontado verdaderos choques culturales al llegar; si acaso la informalidad y la impuntualidad, asuntos que fueron superados con el tiempo.
Ha viajado por gran parte del territorio nacional, y declara con sinceridad que conoce más México que Francia. Particularmente le gusta Chiapas, los llamados “pueblos mágicos” y las selvas y los bosques abundantes.
Se le puede considerar excepcional en un aspecto cultural de su vinícola región, ya que Amandine no toma y prefiere mantener la calidad de sobriedad, singular peculiaridad francesa y mexicana del presente, y tal vez de la juventud del mundo entero.
Gastronomía Méxicana
Otro dato que roza la esfera de lo insólito es que no le gusta el chile, y desde luego no suele consumirlo. Le gustan los nopales, el ceviche y otros platillos tradicionales de la cocina mexicana, aunque sinceramente prefiere la gastronomía francesa.
No piensa regresar a Francia para radicar, aunque no niega la posibilidad. Su intención es seguir aquí, hacer su vida en México y viajar a ver a su familia a Francia cuando las condiciones y las posibilidades lo permitan.
Aspira a superarse en sus múltiples actividades, destacar, darse a conocer en niveles más profundos, mientras que en lo estrictamente material desea comprar un departamento y olvidar el alquiler.