Keely vino a México hace doce años a estudiar en la UNAM el español, pero reconoce que no se concentró lo necesario en el estudio y como consecuencia no aprovechó lo que esperaba y no se siente muy segura para expresarse en el idioma.
Sus avances se reducen a entenderlo bien al escucharlo y en hablarlo medianamente bien con ciertos problemas en la pronunciación y en la sintaxis, al grado de preferir hablar en inglés mientras se pueda, lo que también ha derivado en que lo practique poco.
Vida en Inglaterra
Nació en Inglaterra hace treinta años, en la comunidad de Oxford en el sureste de la Gran Bretaña a 80 Km. de Londres, ciudad con ambiente estudiantil de 150,000 habitantes y sede de la Universidad de Oxford, mundialmente conocida por su gran nivel.
De carácter apacible, la personalidad de Keely es una mezcla de su esencia tradicionalista en contraste con ideas modernas progresistas más acordes a su edad.
Actividades
Actualmente se dedica a impartir clases de inglés en espera de una oportunidad laboral un poco más estable simplemente porque necesita un incremento en sus ingresos, y en ese aspecto está consciente de que es preciso mejorar su dominio del idioma porque por ahora se siente en desventaja. Estudió “Diseño de modas”.
Dice que en Inglaterra la vida es bastante cara en comparación con México, aunque en general los sueldos son más altos. En cambio en México la vida no es tan cara, pero como los salarios son más bajos cuesta más o menos lo mismo mantenerse.
¿Choques culturales?
Muchas cosas le impactaron al llegar a México cuando encontró una cultura diferente, pero lo que más recuerda es la gran desigualdad entre hombres y mujeres y los actos que evidencian la diferencia de clases.
Pero al mismo tiempo apreció que la gente es muy alegre y amistosa, amable, siempre dispuesta a servir y ayudar a otros y en especial al extranjero, al que recibe con cariño y hospitalidad.
En Inglaterra los hombres son reservados y distantes, y piensa que principalmente lo son porque le temen al rechazo. En la calle es difícil ver gestos de afecto, sobre todo por parte de los hombres.
Sencillamente son costumbres diferentes, en México el hombre es más atento y trata de tomar la iniciativa, es afectuoso y cariñoso, aunque también más posesivo y a veces hasta celoso.
Ama a la ciudad de México y vive muy feliz aquí, se ha adaptado al fin a la cultura, aunque no ha dejado de sentirse todo el tiempo una extranjera, hecho que no le incomoda porque definitivamente es una extranjera, además de que siempre la han tratado bien y han sido muy amables.
Piensa regresar a Inglaterra a vivir en el futuro lejano, pero por ahora está disfrutando de su estancia en México.